Antes del tratamiento, le pondrán anestesia local. También podrían darle medicamentos para ayudarlo a relajarse.

Se puede practicar un orificio de drenaje (iridotomía periférica) en el iris, para evitar la acumulación de líquido.

Luego se hace una incisión (corte) en el borde de la córnea. La lente se introduce a través de la incisión, ya sea delante o detrás del iris.

Es posible que el ojo esté vendado después del procedimiento. La vista debería comenzar a mejorarle al día siguiente. Se espera que se estabilice en 1 a 3 semanas.

El implante puede retirarse o cambiarse si no se logra el resultado deseado.

Pueden corregir algunos problemas extremos de refracción.

De todos modos, permiten que la lente del ojo cambie de forma para enfocar la luz (acomodamiento), ya que la lente natural permanece en su lugar.

No hay adelgazamiento de la córnea.

Tienen un mínimo riesgo de causar problemas con la visión nocturna, como halos, encandilamiento o ráfagas de luz.

Todavía no se conocen sus efectos a largo plazo.

Puede aumentar el riesgo de desarrollar cataratas.

Si se produce una infección o un enrojecimiento e hinchazón (inflamación), pueden surgir problemas graves de la vista.

Riesgo de pérdida de la visión.

Riesgo de corrección insuficiente o excesiva.

Riesgo de perder la mejor agudeza visual corregida.

Riesgo de desarrollar desprendimiento de retina.